La obesidad


Se produce cuando existe una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Es una enfermedad crónica tratable que puede prevenirse.


El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla, que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2). 

La definición de la OMS es la siguiente:

  • Un IMC igual o superior a 25 determina sobrepeso.
  • Un IMC igual o superior a 30 determina obesidad.

El IMC proporciona la medida más útil del sobrepeso y la obesidad en la población, puesto que es la misma para ambos sexos y para los adultos de todas las edades. Sin embargo, hay que considerarla a título indicativo porque es posible que no se corresponda con el mismo nivel de grosor en diferentes personas.


El contorno de cintura es otra prueba de obesidad. En la mujer no embarazada, debe ser inferior a 90 cm y en el hombre inferior a 100 cm.

Según la OMS, se estima que el número de obesos en el mundo supera los 600 millones. La prevalencia mundial de la obesidad se ha multiplicado por más de dos entre 1980 y 2014. El problema afecta tanto a los países industrializados como a los que están en vías de desarrollo.

Las razones son múltiples:

- Factores genéticos y orgánicos: existe una predisposición genética a engordar. El riesgo aumenta cuando los padres son obesos. Investigaciones recientes sugieren que, por término medio, la influencia genética contribuye en un 33% aproximadamente al peso del cuerpo, pero esta influencia puede ser mayor o menor en una persona en particular.

- Malos hábitos de vida: el sedentarismo y la falta de actividad física, unidos a una mala alimentación (ingesta de alimentos hipercalóricos ricos en grasa, sal y azúcares pero pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes) provocan un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. Las grasas no eliminadas se almacenan.

- Factores Socioeconómicos: influyen sobre todo en las mujeres. En algunos países desarrollados la frecuencia de la obesidad es más del doble entre las mujeres de nivel socioeconómico bajo que entre las de nivel más alto.

- Otros factores: pueden ser los trastornos hormonales o la ingesta de ciertos medicamentos.


La obesidad es una enfermedad de tendencia epidémica en el mundo occidental. Entre las principales comorbilidades que se le asocian, se encuentran la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, la enfermedad cardiovascular (principalmente cardiopatía y accidente cerebrovascular) y algunos cánceres (endometrio, mama y colon).


Tipos

Obesidad Androide o Central: localiza la grasa en el abdomen, alrededor del estómago y cerca del pecho. Es la más grave y puede conllevar importantes complicaciones patológicas, además predispone a sufrir complicaciones metabólicas como la diabetes tipo 2 y las dislipemias.


Obesidad Ginoide o Periférica: localiza la grasa de cintura para abajo, en caderas, muslos y glúteos, produciendo problemas de sobrecarga en las articulaciones.

Obesidad Mórbida: un IMC de 40 o superior, es una obesidad mórbida. Generalmente la persona que la padece tiene más de 50 kg. por encima de su peso ideal. Se trata de una enfermedad grave, porque se acompaña de múltiples comorbilidades que no se curan sin resolver la obesidad. 
La obesidad mórbida es la forma más temible del sobrepeso pues además de disminuir la expectativa de vida causa discapacidad, minusvalía y problemas de exclusión social. 

Para tratarla es necesario el empleo de cirugía, ya que las dietas no surten ningún tipo de efecto. Existen tres técnicas quirúrgicas para la obesidad mórbida: la gastroplastia vertical o técnica de Maxon, la gastroplastia con banda gástrica ajustable o el “by-pass” gástrico.


Obesidad Infantil: se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Pero además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos. Los niños obesos son especialmente vulnerables a las críticas; se sienten responsables, se encierran en sí mismos y pueden caer en un estado depresivo.



La obesidad es una enfermedad crónica que requiere un tratamiento a largo plazo, no siendo por tanto de rápida resolución.

El tratamiento se basa en la aplicación combinada de diversas medidas:

  • Modificar los hábitos alimentarios (reducir la ingesta de calorías).
  • Aumentar el ejercicio físico.
  • Terapia farmacológica, cuando esté indicado.
  • Psicoterapia reglada.
  • Medidas de tratamiento quirúrgico (obesidad mórbida).



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